Crónica de la temporada 2023, un año marcado por «El niño»
Este año, 2023, con el fin del mes de septiembre, llegaba también el cierre de la temporada.
Ahora, con esta terminada, toca volver la vista atrás y con la visión global toca hacer un pequeño resumen de lo que mas ha destacado durante el paso de esta.
Y es que si todas las temporada son diferentes, es lo que tiene la naturaleza, esta lo ha sido mas que nunca, marcada seguramente por la presencia de El Niño. Ya desde primavera teníamos noticias de las anomalías en la temperatura del agua en el océano de este año, que venía entre 2 y 3 grados por encima de los habitual para las fechas, con máximas en el agua por nuestra área de 24º durante casi todo el verano, cuando lo normal son 22º.
Pero el mar, como otros ecosistemas en la tierra, tiene sus ciclos, solo que parece que algunos de estos se están acelerando o repitiendo mas continuamente de lo que cabría esperar.
Pero bueno, yendo al meollo, esto, ¿qué es lo que ha supuesto?
Pues si bien el inicio de la temporada aunque con temperaturas en el agua mas cálidas comenzaba como cualquier otro año, a finales de Julio, que es cuando solemos notar que los tiburones azules comienzan a estar más presentes, este incremento en los avistamientos no se produjo. Pasaban las semanas y si seguía habiendo avistamientos, pero también salidas sin estos, lo cual no a sido normal. Al final de la temporada el resultado ha sido de un porcentaje de avistamientos del 75%, y con la mitad de tiburones azules que solemos ver otros años.
Los cambios en la temperatura del agua modifica el movimiento de las corrientes por todo el océano, y la distribución de los animales cambia con esta así como las cadenas tróficas. En el mar todo está conectado.
Si bien la presencia de tiburones azules ha descendido, han aumentado la presencia de otras especies, como medusas y algo muy llamativo de este verano, la abundante presencia de carabelas portuguesas, que otros años no se ven y este verano casi siempre veíamos varias. Además de gran tamaño, y junto con medusas y carabelas también se ha notado más presencia de su predador, el pez luna, que muchas veces se veían en grupos de en torno a 10 individuos, y con algunos ejemplares también mas grandes de lo que es habitual por aquí.
Otra de las cosas que nos ha traído ese aumento en la temperatura del agua ha sido el aumento también en la presencia de marrajos. No muchos, pero a sido significativo, ya que si habitualmente en toda la temporada ya es suerte observar 1, este año han sido un total de 7, lo que supone un incremento notable.
También destacaría la climatología tan estable que ha reinado durante todo septiembre a nivel de tormentas. Los vientos del sur llegaron como siempre y las mareas más vivas del año también, pero por lo general suele ser un mes donde llegan un par de frentes tormentosos de varios días y que anuncian la proximidad del otoño. Sin embargo, este año, en ese sentido también ha sido diferente.
Resumiendo, como siempre, contentos con la temporada, por diferente que sea se trata de la naturaleza, sus ciclos y su funcionamiento, y poder seguirla año a año. Esto supone mucho aprendizaje y ayudar a conocerla, lo cual no deja de tener un valor incalculable. A nosotros nos apasiona ir conociéndola poquito a poco con el paso del tiempo mejor y mejor, ya que suceda lo que suceda siempre tiene maravillas que mostrar.
Nos vemos en el Cantábrico de nuevo el año que viene expectantes por lo que nos ofrezca esta vez.